sábado, 13 de abril de 2013
Ese Buen Señor!
Qué estamos sembrando en el corazón de nuestos hijos? Andamos por la vida muchas veces sin percatarnos que esos pequeños(as) que hemos engendrado, y que luego se convierten en hombres y mujeres. Ellos nos estan observando todo el tiempo, Qué están mirando? Me alegra saber que muchos de ellos miran con orgullo a sus Padres, vienen a mi memoria personas que por su calidad de gente estoy seguro que están dejando una herencia invalorable en la vida de sus hijos.
Siempre salta a mi mente la figura de Don Gustavo Leuridan, a quien recuerdo con cariño y admiración. Lo recuerdo así porque su calidad humana trascendía su circulo personal, sus propios intereses. Gustavo era un hombre amoroso, y las muestras de su amor han sido palpables, una vez desaparecido el hermano, la viuda con sus niñas quedaron desamparadas, él se encargó de ponerlas a buen recaudo, les dió un techo, y no sólo eso, las visitaba constantemente para saber de sus necesidades, de sus alegrias y de sus penas. Cuando mi mujer vino a vivir conmigo, fué Gustavo quien se apareció en mi casa a dar la cara y a decir a mis Padres "yo soy el tío de Angela, hermano de su Padre". Escribo esto y me conmueve su recuerdo, no me alimenta el deseo de quedar bien con sus hijos, me estimula el ejemplo de este gran Señor para ser, ojalá, como él.
Hay una historia detrás de las historias, me imagino que Gustavo ha sido sin duda un ser humano con lo que ello significa, quizás por ahí haya alguna nota discordante en el recuerdo de alguien, pero quiero decirles a los herederos de Gustavo, entre quienes cuento a Gustavo Adolfo Leuridán Sagastegui, Yvette Leuridan, Angela Leuridan, Celia Leuridan Salazar, Jose L Gomez y Jose Antonio Gomez que ese caballero de quien escribo ha dejado un legado que debemos transmitir, Gustavo fue una Buena Persona, ojalá alguien pueda decir lo mismo de nosotros algún día.
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