Saludos,
Esto ya me lo han escuchado decir antes: Acabo de leer dos libros relacionados el uno con el otro. Los títulos los puedo compartir con ustedes (en mi cuenta de Twitter y en Facebook los he referido múltiples veces) pero lo sustancial del tema es lo que han significado en mi vida personal y profesional.
Ayer conversaba con mi tío Elías Vargas, hermano de mi mamá, con quien siempre tengo la posibilidad de conversar de manera filosófica, acerca de como las vivencias marcan a las personas para bien y para mal. Sumo a aquella conversación, otra que tuvimos en uno de los desayunos familiares el último fin de semana en casa. En aquella reunión familiar tratamos el tema de cómo actuamos acusando al resto de todo sin siquiera preocuparnos porque las personas actúan de la manera que actúan. Es muy fácil subir el dedo acusador y lanzar toda la batería de términos y descripciones (me pongo en primera fila por esto) in darnos cuenta el daño emocional y psicológico que hacemos a quienes reciben ese tipo de ataques. Lo tragicómico del asunto es que en mucho de los casos nuestras intenciones son, en nuestra opinión, positivas y de restauración. Aun y a pesar de ello, no cesamos de medir con nuestro propio criterio y nuestra personal perspectiva el hacer de los demás, nos ponemos como ejemplo de cosas y queremos que el mundo gire al ritmo que nuestro limitado entendimiento dicta.
Esta actitud genera heridas en el alma, heridas que son luego mostradas de distintas y diferentes maneras, comportamientos de todo tipo que salen de lo que uno puede espera de un ser humano y que trastocan ordenes, costumbres, políticas y valores. Mi posición personal con respecto a esto es preguntarme: qué estoy haciendo yo para cambiar este círculo negativo? Mi comportamiento contribuye a construir alternativas positivas o soy una parte importante del problema?
En ese sentido de ideas me he dedicado a auto-examinarme, a mirar hacia adentro, a conocer mi personalidad, mis ideas, mis deseos, mis frustraciones, etc. Lamento grandemente no haber hecho esto antes, no haber tenido la oportunidad de exponer mi vida a este tipo de aspectos tan importantes. Se utiliza mucho el tiempo en hacer muchas cosas que no generan necesariamente la importancia que merece nuestro tiempo. Aprender a ser un buen Padre, un buen hijo, un buen estudiante, un buen empleado, un buen ciudadano, un buen servidor público, un buen político, etc. son cosas que deben figurar en la agenda de todas las personas. Estando seguro que los corazones están de llenos de gozo, de esperanza, de cosas buenas y positivas, de ideas que construyen, entonces aseguraremos el desarrollo personas y social.
Que estoy haciendo por ser mejor? A que dedico mi tiempo? Cómo manejo mis finanzas? Qué tal me va en mis relaciones sociales y laborales? Cómo estoy contribuyendo siendo una mejor persona? Todas esas respuestas deben caber en el ámbito intimo de uno mismo, deben ser expuestas en el plano personal, para que luego las respuestas brillen con luz propia. Haciendo todo ello podremos prevenir en el mejor de los casos y/o curar en casos extremos las Heridas del Alma.
Gracias por leerme,
LG
1 comentario:
Querido Lenchy:
No hay nada que hacer. Usted ha madurado, antes de cambiado. Recuerdo tus primeras notas y las comparo con las últimas. Veo a un Lenchy maduro, no solamente en la forma de escribir, sino en su concepción de la vida.
Maestro,lo invito a juntar todos esos artículos y publique un libro sobre filosofía de vida. Deseo de todo corazón tener en mis manos algún día un libro suyo.
Un abrazo y siga adelante en la campo de la literatura filosófica, que son también ensayos de vida.
CESAR SANCHEZ MARTINEZ
Publicar un comentario