Saludos,
Aquellos que hemos pasado la barrera de los 40 abriles (y que raudamente nos acercamos a los 50s) vamos entendiendo un signficado distinto de la vida. Lamentablemente no a todos les pasa lo mismo, y ademá diré que no habría que esperar que la vida y los años nos empujen a un actitud reflexiva y serena, sino que aquello debería empezar cuanto antes en la vida de una persona.
En una de mis conversaciones con mi hijo mayor le decía que la Madurez no es un hecho de acumular años solamente. Es increible como el tiempo pasa y ahora me toca hablar con un hombre jóven, que empieza a enfrentar retos de la vida propia de las personas adultas. "Ante todo serenidad" fué mi consejo, consejo además que lo he tomado de uno de mis mejores amigos, quien me ha enseñado a que en la vida hay que alejarse del drama y hacer de la Serenidad una forma de vida.
Por tanto creo que la Madurez, entre otras cosas, es justamente un acto de Serenidad ante los hechos de la vida. Cuantas veces uno se enciende ante las cosas que debe enfrentar, se apasiona y muchas veces pierde los papeles (miren quién les dice eso!). Perder la serenidad es lo que a un buque el Altamar le significa perder la línea de flote, o a un trapecista perder el equilibrio en medio de una altura considerable, caminando por el cordón y sin malla de protección que defienda la posible caida.
El Maestro estaba sentado en el suelo, pensando y cabilando, y mientras tanto dibujaba con sus dedos cosas en la tierra, llegaron grupo de gente gritando y exigiendo su atención ante algo que, en la opinión de ese grupo de gente, el Maestro debía tomar partido. "La encontramos en pleno acto de traición a su Marido, dice la Ley que debemos apedrearla, que opinas tú Maestro?". El no perdió la compostura y sin alzar su mirada dijo de forma Serena y Firme "aquel que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Cuando hubo alzado su mirada encontró a la acusada sola "dónde estan los que te acusan?", "yo tampoco te acuso, vete y no pequés más!".
Gracias por leerme,
LG
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